LLUVIAS DEJAN FALLECIDOS Y MAS DE 5.500 FAMILIAS AFECTADAS EN BOLIVIA

Al menos dos fallecidos confirmados, desaparecidos y más de 5.500 familias afectadas, además de carreteras interrumpidas, puentes colapsados y actividades económicas arrasadas, conforman el catastrófico panorama que dejaron las lluvias e inundaciones en Bolivia, que causaron daños sobre todo en Santa Cruz y el norte de La Paz.

Mientras en Santa Cruz se registran mayormente pérdidas de grandes superficies de cultivos, con daños considerables a la producción de arroz y soya; en el norte de La Paz se informó del fallecimiento de al menos dos personas, aunque de forma extraoficial se habla ya de varios decesos y desaparecidos, en diferentes regiones de Los Yungas, además de graves daños a localidades, caminos, cultivos y actividades mineras.

Los reportes corresponden al viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, quien confirmó los decesos en el norte paceño al afirmar que “ya se registran como dos personas fallecidas, producto de las inundaciones”.

Respecto al número de familias afectadas, Calvimontes informó que la cifra es de más de 5.500 “que han sufrido” perjuicios y pérdidas, incluso de la totalidad de sus casas, a causa de las inundaciones.

CATÁSTROFES EN EL NORTE PACEÑO

Una de las regiones más afectadas por las lluvias e inundaciones es el norte de La Paz. Varias localidades de la región quedaron aisladas, debido al colapso de puentes o a que los ríos se llevaron los caminos. Otras vías resultaron bloqueadas por derrumbes, impidiendo el tránsito de camiones con carga y pasajeros, que esperaban incluso por días a que llegara maquinaria para despejar las rutas.

GOBERNADOR SANTOS QUISPE RECHAZA DECLARAR EMERGENCIA

Además del clamoroso pedido de ayuda de miles de pobladores del norte paceño afectados, alcaldes de municipios como Guanay, Yanacachi, Mapiri y Tipuani, se trasladaron hasta la capital del departamento, La Paz, para solicitar al gobernador Santos Quispe que declare emergencia departamental, con el fin activar los mecanismos de auxilio y mayores recursos para encarar esas tareas.

Pese a todo, el gobernador Quispe no lo hizo por considerar que “solo son cuatro los municipios afectados y La Paz tiene en total 87”.

Según la primera autoridad departamental, pese a los fallecimientos, a las miles de familias afectadas y a la catastrófica situación de localidades, cultivos y caminos destruidos por las inundaciones; “aún no sería necesario declarar emergencia departamental”.

Nuevas pérdidas son reportadas a diario, miles piden auxilio. Sin embargo, la ayuda tarda días o nunca llega. La situación en el norte de La Paz es extremadamente compleja, pero las autoridades parecen no haberse percatado de la magnitud de la catástrofe y no reaccionan, pese al clamor de los afectados.

Mineros cooperativistas sufren duras

pérdidas por los desastres naturales

Mineros cooperativistas del norte de La Paz sufrieron la pérdida de maquinaria, equipos, materiales, explosivos, implementos de trabajo y hasta de sus viviendas y campamentos completos, en algunos casos, cuya cuantificación es millonaria aunque imposible de precisar o calcular con aproximación.

De acuerdo con reportes de representantes del sector, solo en la localidad de Pallina, por mencionar un ejemplo, son más de 800 mineros cooperativistas que lo perdieron todo como consecuencia de las riadas, que arrasaron sus áreas de trabajo, campamentos y casas.

Otra de las localidades seriamente afectadas por las lluvias es Lambate, también en Sud Yungas, donde la actividad minera sufrió igualmente severas pérdidas, según informó el dirigente de la Central de Mineros Cooperativistas Auríferos de esa población, Zenobio Limachi.

“Nuestras cooperativas afiliadas a la Central Lambate, también han sufrido, han perdido su maquinaria, han perdido sus caminos, durante una fuerte riada que se lo ha llevado todo”, lamentó el representante de la organización.

La Central de Cooperativistas Mineros Auríferos Lambate Sud Yungas declaró estado de emergencia y solicitó ayuda a las autoridades y organizaciones del sector, para poder sobrellevar la dura afectación sufrida por sus afiliados.

Similar situación se registra en otras áreas de trabajo de cooperativistas mineros auríferos. Es el aso de la Central Suiqui Sud Yungas, donde las riadas afectaron al menos a cinco cooperativas mineras, que perdieron maquinaria, equipos y campamentos.

“Duele ver estos campamentos. Incluso hay lugares donde no hay nada, no hay ya campamentos. Pedimos ayuda a las autoridades. Los cooperativistas aportamos con el pago de regalías y es deber de nuestras autoridades apoyar a quienes han aportado y ahora han perdido todo”, manifestó el dirigente Rudy Apaza de la Central Suiqui Sud Yungas.

La situación de muchos cooperativistas mineros del norte de La Paz es tan crítica como la de miles de familias afectadas por las lluvias. Comunidades enteras quedaron bajo el agua, decenas de casas desaparecieron arrasadas por los ríos.

Sin embargo y pese a la catastrófica realidad, la ayuda se hace esperar y las autoridades parecen no haberse percatado de la gravedad de la situación.

La situación en el norte paceño, para miles de familias, es ya insostenible.

REDACCIÓN: JORGE MONTECINOS (EDITOR AGENDA MINERA TELEVISIÓN)