Descubrimiento histórico: geólogos hallan el mayor yacimiento de litio del planeta bajo un supervolcán en Estados Unidos, valorado en 413.000 millones de euros

Un hallazgo que reconfigura el mapa energético

Bajo un antiguo supervolcán del Oeste estadounidense, geólogos han identificado un yacimiento de litio sin precedentes. Este tesoro mineral se sitúa en la caldera McDermitt, entre Oregón y Nevada, y promete un impacto industrial colosal. Su valor estimado alcanza los 413.000 millones de euros, una cifra que redefine la competencia por la energía limpia.

El descubrimiento emerge en plena expansión de los vehículos eléctricos y del almacenamiento energético. Con una demanda global al alza, el litio se ha vuelto un recurso estratégico. Este depósito podría acelerar la independencia mineral de Estados Unidos y fortalecer su liderazgo tecnológico.

Un origen geológico extraordinario

La caldera McDermitt, de 45 por 35 kilómetros, cobijó un lago que acumuló cenizas y sedimentos durante millones de años. Ese proceso sedimentario propició la formación de arcillas enriquecidas en litio, especialmente concentradas en la zona de Thacker Pass. La combinación de vulcanismo y aguas alcalinas creó un ambiente único para concentrar el metal.

Los estudios identifican dos fases claves en la concentración del recurso. Primero, el lago lixivió vidrio volcánico rico en litio, generando arcillas smectíticas cargadas de magnesio. Después, hacia 16,3 millones de años, fluidos hidrotermales con potasio, flúor, rubidio y cesio transformaron esas arcillas en illita, multiplicando la riqueza del depósito.

Los análisis reportan contenidos de hasta 2,4 % en peso de litio, frente a un promedio global del 0,4 %. La correlación del litio con boro, rubidio y cesio subraya la importancia de la alteración hidrotermal. En conjunto, el sistema explica una acumulación mineral de carácter excepcional.

Alcance estratégico y valor económico

Más allá del volumen, el depósito conlleva un valor geopolítico de primer orden. Reduciría la dependencia de importaciones desde Chile, Bolivia y China, y reforzaría cadenas de suministro para baterías. En un mercado tenso, esa seguridad ofrece una ventaja competitiva.

“Si se confirma su explotación a gran escala, este hallazgo puede convertir a Estados Unidos en un proveedor neto de litio y en un ancla para la transición energética”, apunta un investigador involucrado en el análisis mineralógico.

La posibilidad de extraer de manera directa arcillas ricas en litio abre puertas a tecnologías de procesamiento más eficientes. Con mayor oferta, los costos de baterías para movilidad y redes podrían disminuir. A medio plazo, la industria doméstica ganaría resiliencia.

Entre los factores que amplifican su potencial se encuentran:

  • Proximidad a polos de fabricación de baterías en Norteamérica.
  • Concentraciones de litio significativamente superiores a otras cuencas.
  • Potencial para innovación en procesos de extracción y refinado.
  • Capacidad para impulsar empleo local de alta cualificación.

Tensiones ambientales y sociales

El proyecto enfrenta oposición de comunidades indígenas, que denuncian un “colonialismo verde” y defienden tierras con valor cultural y sagrado. El pueblo de Red Mountain y otros colectivos resaltan impactos sobre prácticas de subsistencia y tradición. La dimensión social exige consultas y garantías sólidas.

Los riesgos ecológicos también preocupan a científicos y vecinos. Aunque no se prioricen grandes estanques de evaporación, la huella minera puede ser sensible. Las autoridades deben equilibrar desarrollo y sostenibilidad, con marcos de monitoreo transparentes y estrictos.

Entre los riesgos señalados figuran:

  • Degradación de suelos por actividad intensiva de extracción.
  • Posible liberación de metales pesados durante el procesamiento.
  • Presión sobre recursos hídricos en un entorno semiárido.
  • Perturbación de ecosistemas locales frágiles y biodiversidad asociada.

Los tribunales federales han emitido fallos parcialmente favorables a la explotación, pero la contestación continúa con nuevas impugnaciones. Este pulso revela la complejidad de conciliar metas climáticas con derechos ancestrales y protección ambiental.

Un punto de inflexión para la transición energética

La magnitud del yacimiento puede recalibrar la política energética estadounidense. Disponer de una base sólida de materias primas es clave para escalar la electrificación del transporte y la red. Si se gestiona con rigor, el proyecto puede catalizar innovación y empleo cualificado.

La explotación responsable requiere normas claras de agua, restauración y trazabilidad ambiental. El éxito dependerá de estándares verificables, participación comunitaria y acuerdos que compartan beneficios con el territorio afectado. La licencia social será tan importante como la licencia minera.

Lo que sigue

De aquí en adelante, el reto es pasar del hallazgo a la implementación responsable. Se necesitan pilotos industriales, auditorías ambientales y acuerdos con comunidades para asegurar un desarrollo inclusivo. Si estos pasos se alinean, la caldera McDermitt podría convertirse en un emblema de minería del siglo XXI: competitiva, trazable y compatible con metas climáticas. En ese equilibrio se juega no solo el futuro del litio, sino el horizonte de una transición verdaderamente sostenible.

FUENTE: ACONCAGUA.LAT